En la televisión de mi casa nunca se vio mucho deporte, tengo recuerdos con mi viejo ver las peleas importantes de boxeo, en pleno verano con todas las ventanas abiertas de la cocina y una cerveza helada.
Siempre me intrigó cómo vive un boxeador esos minutos antes de subir al ring, cómo reacciona su mente y cuerpo antes de enfrentarse con alguien que quizás, le pegue tanto que necesite semanas para recuperarse.
A mi con el boxeo siempre me pasó que nunca lo haría pero una voz muy bajita en mi cabeza me dice «pero que bueno saber pelear así !!!».
Entendí que la relación del entrenador con el boxeador es casi como la de un padre con su hijo, lo prepara, lo aconseja, lo reta, lo alienta. Vive y sufre cada golpe que recibe como si fueran para él y también celebra una pelea ganada como si fuera la última.
Este proyecto llegó en el momento justo, me ayudó a encontrarme conmigo, con lo que quiero mostrar y de la manera que lo quiero hacer, animándome a romper viajes costumbres de como sacar una foto y poniendo en práctica todo lo que aprendí en estos años.
Juan el «Gitano» en el tercer round, ganó su primer pelea como profesional y yo gane volver a pasar por el corazón, con recuerdos de mi viejo fusionados con la fotografía, algo que siempre nos unió.